16 oct, 2023

Los 12 mejores baños de bosque del otoño en Navarra

Aunque has cargado las pilas en verano, la vuelta al curso requiere una dosis extra de energía y buena onda. El otoño es una estación que brilla con luz propia en esta tierra y, si te sumerges en sus bosques para practicar una ancestral terapia japonesa, lograrás afrontar con fuerza esta nueva etapa. ¡Date un baño de bosque en Navarra y conoce una fórmula natural y maravillosa de renovarte!

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¿En qué consiste un baño de bosque?

El shinrin joku, como le llaman los japoneses, es un concepto inspirado en prácticas budistas ancestrales, que consiste en pasear por el bosque con plena conciencia. Adentrarnos en él con el objetivo de respirar profundamente, de conectar con sus colores, sus sonidos, sus texturas, su atmósfera… El objetivo es dejar de pensar y centrarnos en sentir. 

¿Sabías que estas caminatas, en las que solo trabajan nuestros sentidos, reducen la presión arterial, mejoran el sistema inmunitario y bajan el cortisol, la hormona del estrés? El poder sanador de la naturaleza es innegable, y esta propuesta está al alcance de tu mano en Navarra. Elige el bosque, después el sendero, por último la compañía, y ¡voilá!

Primer plano de un petirrojo en el bosque de Orgi

El rey de los bosques, la Selva de Irati

Este conocido bosque es uno de los hayedo-abetales más grandes y mejor conservados de Europa. Un paraíso forestal al que podemos acceder desde Orbaitzeta, localidad cercana a la jacobea Orreaga/Roncesvalles o desde el precioso pueblo de Ochagavía, en el valle de Salazar.

Toca el musgo, refréscate las manos en las regatas, huele el bosque y cierra los ojos… Y cuando los abras, emociónate con esa paleta de colores perfecta y esos degradados que van desde el verde primaveral a los tejas y granates que despiden la estación. Dispones de varios senderos que recorren la Selva de Irati y que te permitirán sumergirte en sus entrañas.

 

Hay caminos cortos, largos, más fáciles y más exigentes. ¿Y sus atractivos? Los irás descubriendo a cada paso. Algunos te acercarán hasta cascadas como la del Cubo, otros te llevarán hasta bonitas ermitas como la de la Virgen de las Nieves o te conducen hasta impresionantes miradores del bosque y del Pirineo. Hay senderos que vadean el río o bordean el embalse de Irabia, los hay interpretativos para aprender cosas del entorno como el de Errekaidorra… Lo mejor es que consultes todas las opciones en los puntos de información de Arrazola y de las casas de Irati para que puedas decidir cuál te atrae más.
 

Cascada del Cubo con dos senderistas

El Parque Natural del Señorío de Bertiz y las lamias

Nos vamos hacia el oeste para adentrarnos en un bosque atlántico cuya biodiversidad es un verdadero tesoro. Hablamos del Parque Natural Señorío de Bertiz, el primero declarado en Navarra, ubicado a orillas del río Bidasoa, en cuya entrada se encuentra un precioso jardín botánico de más de 100 años de antigüedad que contiene especies de todo el mundo, además de un centro de interpretación, un bonito palacio y un gran parque infantil.  

Desde este lugar, parten siete senderos que te llevarán a través de los robles, hayas y alisedas que cubren las más de 2000 hectáreas del parque. Paseos de entre 30 minutos y 7 horas, para que puedas elegir y no tengas excusa.

Percibe el característico perfume húmedo de los bosques, observa con detenimiento los troncos rugosos de los robles, la bonita forma de los helechos que te acompañarán en el camino, descubre las variopintas setas y hongos, los frutos del bosque y algún que otro ciervo huidizo que igual tienes la suerte de cruzarte en el camino. Y shhhh…. ¿escuchas ese canto? Cuenta la leyenda que son las lamias de Bertiz, sirenas que cantan y peinan sus largas cabelleras con peines dorados, y cuya misión es proteger el Valle de Bertizarana.

Otros 6 hayedos que merece la pena visitar

Hasta ahora, te hemos presentado dos de los hayedos más visitados. Si ya los conocías, tenemos nuevas propuestas que te encantarán. Maravíllate con otras joyitas del Pirineo, menos conocidas pero realmente bellas y cada una con su personalidad propia: 

  • Dronda - Mata de Haya en Belagua. En el Bosque de los sentidos una cuerda te guiará para que con los ojos cerrados puedas disfrutar de un “baño de bosque” único. Y cuando abras los ojos, sentirás que estás bajo una gran cúpula gótica de hayas.
     
  • Bosque de Basajaunberro, un sencillo recorrido que sale desde la misma Roncesvalles, que serpentea entre árboles y praderas, para regresar por un tramo del Camino de Santiago. Su topónimo hace referencia a Basajaun, el señor del bosque, un personaje de la mitología vasca.
Senderista junto a tronco centenario en el bosque encantado de Urbasa
  • Ruta de Tres Hayas, a la que añadimos un componente histórico que merece la pena conocer, ya que pertenece a las rutas de los búnkeres de Auritz/Burguete.
     
  • Bosque de Quinto Real, un impresionante hayedo de 6000 hectáreas, que se ubica a los pies del embalse de Eugi, muy cerquita de Pamplona. Disfrutarás de paseos aptos para todos los públicos en el mismo entorno del pueblo de Eugi, hasta paseos largos y para los que se requiere estar en buena forma física. 
  • Leitzalarrea: un fantástico bosque, poco conocido, que se encuentra en las inmediaciones del bello pueblo de Leitza, con la opción de varios senderos, por ejemplo este paseo de 8 kilómetros, sin dificultad. No te pierdas el paraje de Izaieta, un conjunto de unos 50 abetos de gran porte declarados Monumento Natural.
     
  • Itinerario de los montañeros y el hayedo encantado de Urbasa: sendero interpretativo que nos obsequia con algunos vestigios del trabajo de los carboneros en Morterutxo, unas hayas con formas espectaculares y una magnífica panorámica desde la cumbre.
Imagen de tronco milenario del bosque encantado y un senderista

4 robledales que impresionan

Majestuosos árboles que han visto pasar la vida y la historia desde más allá de la Edad Media pues alguno de ellos cuenta con más de 1000 años de antigüedad. Si te paras a pensar, pone la piel de gallina… allí estás tú impregnándote de su esencia, y ¿quién estaría por aquellos lares diez siglos atrás?
 
Te dejamos una selección de robledales para que descubras sus curiosas formas, a veces fantasmagóricas, y sus increíbles dimensiones… y llenes tus sentidos de naturaleza pura.

Te recomendamos los siguientes:

  • Bosque de Orgi: robledal centenario ubicado en el pintoresco valle de Ultzama, en el que podrás adentrarte siguiendo un sencillo paseo señalizado de algo más de 2 kilómetros. ¡Abraza sus troncos y cárgate de energía! Además es accesible para personas con movilidad reducida. Recuerda que  es necesario hacer reserva online para aparcar y poder acceder al bosque.
  • Los robles monumentales de Jauntsarats son antiguos ejemplares de roble pedunculado que por su interés fueron declarados “Árboles monumentales de Navarra”. Se encuentran en el valle de Basaburua, a una media hora de la capital, y el bonito sendero que te permite conocerlos es corto, sencillo y alterna bosque con zona de caseríos en la que es fácil observar animales de granja como cerdos, burros… Ideal para peques.
     
  • Robledal de Altsasu/Alsasua: un sencillo paseo interpretativo de 700 metros que te descubrirá cómo se utilizaba la madera de este bosque para la construcción de barcos.
     
  • Los robles milenarios de Etxarri Aranatz: otro sencillo paseo que en este caso nos adentra en un bosque de majestuosos robles con más de 1000 años de antigüedad... Se dice pronto. Es una ruta sencilla de algo más de 5 kilómetros, que se puede alargar con la ruta de los dólmenes.

Si ya conoces estos senderos y quieres seguir investigando sobre otras rutas en Navarra, consulta nuestra página de senderismo y ponte la botas.

​​​​​​​Y el remate perfecto

Si le hemos dado un plato de gusto al espíritu bajando las revoluciones y llenándonos de un tándem perfecto de fuerza y de paz, ahora le toca el turno al paladar.

Porque, no nos engañemos, no hay mejor manera de terminar una buena caminata que saciando nuestra sed y saboreando algún bocado delicioso. ¿Qué tal un aperitivo antes de comer? Acercaros al bar del pueblo y deleitaros con un plato de chistorra, un frito de jamón y queso o unas ricas croquetas, y un buen vino de la tierra.

¿Que decidís que os quedáis a comer? Reservad mesa en algún restaurante del lugar para probar los platos de temporada, que aquí se come muy bien. Podéis empezar con las típicas verduras de Navarra degustando pimientos del Piquillo, alcachofas, espárragos o un buen plato de pochas, y aprovechar el otoño para hincarle el diente a sabrosas carnes que se acompañan de setas, hongos y salsas dulces.
 

Y si has caído en las redes de Navarra y te apetece alargar un poco tu estancia vete a por el 10 y alójate en un hotel con encanto o en una bonita casa rural. Verás cómo al volver a casa sentirás que en Navarra has logrado desconectar para “reconectar”, con las ideas claras y el espíritu en calma.

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