28 jun, 2022

Los secretos que esconden los Sanfermines

Los Sanfermines se adaptan a todo tipo de ritmos. Hay una fiesta para vivir en familia, en cuadrilla, más tranquila sin aglomeraciones o a tope. La fiesta dura todo el día, casi sin descanso, con oportunidades de diversión para todas las edades. ¡Todo el mundo es bienvenido!

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¿Crees que lo conoces todo de estas fiestas mundialmente famosas de las que tanto se ha escrito, filmado, televisado y hablado? Estos nueve días, en los que Pamplona/Iruña se transforma, esconden algunos “momenticos” que no son tan conocidos. 

Primer almuerzo de San Fermín. Las cuadrillas se juntan el 6 de julio antes del chupinazo

El primer almuerzo

El primer “momentico” de los Sanfermines es el almuerzo previo al chupinazo del día 6 de julio. Una cita que nadie perdona. Es tradición juntarse con la cuadrilla o los amigos; pero si no eres de Iruña y quieres participar, es fácil, la mayoría de la gente come en la calle y siempre se encuentra un hueco para disfrutar de unas magras con jamón con huevos fritos o cualquier otra comida contundente que ayude a soportar el día con más fiesta del año pamplonés. 

Procesión de San Fermín.

La emoción de la procesión

El día 7 de julio, el protagonista es San Fermín, podrás vivir la emoción de ver cómo sale su imagen en procesión y cómo le cantan jotas en diferentes puntos del solemne recorrido. Un momento solemne que sorprende mucho a quienes visitan Pamplona/Iruña ese día.

La vida de este santo está muy ligada a Pamplona. Se cuenta que era hijo de un dirigente romano y fue convertido y bautizado por San Saturnino, el patrón de la ciudad, que no es el primero como mucha gente piensa. En honor a San Fermín se lleva el pañuelo rojo al cuello, ya que este santo murió degollado. 

Un mozo sanferminero lleva 3 cucuruchos de churros recién hechos

Unos churros en la Mañueta

Saliendo de los actos oficiales, en Pamplona/Iruña no faltan pequeños rituales casi “secretos” que merece la pena conocer y disfrutar. Uno de ellos es comer unos churros recién hechos en los fogones de leña de Churrería la Mañueta, un negocio familiar que abre solo 14 días al año: la semana de San Fermín, los domingos de octubre y un par de sábados justo antes de las fiestas. Este año es una cita especial, porque cumplirán su 150º aniversario.

Varias personas de todas las edades bailan en el Baile de la Alpargata

El Baile de la alpargata

Otro “momentico” es el llamado “Baile de la alpargata” que se celebra en la primera planta del Nuevo Casino, mirando a la Plaza del Castillo. Se inició con la costumbre de desayunar chocolate tras el encierro y acabó amenizándose con música y ¿qué pasa en Sanfermines cuando suena la música? Que se incrementan las ganas de juerga y se acabó montando una fiesta mañanera que es ya una tradición.

En sus orígenes, los elegantes socios del Nuevo Casino tenían obligación de ir bien vestidos; pero como muchos venían de correr el encierro, venían calzados con sus alpargatas, de ahí el nombre. 

Los gigantes agricanos bailan en la plaza del Ayuntamiento de Pamplona en San Fermín

Los favoritos de peques y mayores

Si se quiere vivir un San Fermín en familia, hay un elemento indispensable, la Comparsa de Gigantes y Cabezudos. Los primeros bailan con sus casi 4 m de alto, al son de los gaiteros. A estas cuatro parejas de gigantes los conocen por sus nombres (Joshemiguelerico y Joshepamunda, Selim-pia Elcalzao y Larancha-la, Toko-toko y Braulia y Sidi abd El Mohame y Esther Arata) quienes han vivido su infancia en Iruña, porque las reproducciones de los gigantes son un juguete habitual para peques en Pamplona. 

Los Cabezudos (el “Alcalde”, el “Concejal”, la “Abuela”, el “Japonés” y la “Japonesa”) y los Kilikis, que se diferencian de los cabezudos en que son más pequeños y portan todos tricornio, (Coletas, Barbas, Patata, Napoleón, Caravinagre y Verrugón) acompañados por los Zaldikos (caballitos) persiguen con sus vergas de espuma a grandes y peques. Son unos personajes tan famosos en la ciudad, que alguno de ellos, como Caravinagre, ha sido imagen de las fiestas en los carteles anunciadores varios años.

Existe una tradición que poca gente conoce fuera de Pamplona/Iruña, y es que los niños y niñas de la ciudad cuando ya “se hacen mayores” y no necesitan chupete, se lo regalan a los gigantes el último día de las fiestas. La despedida de la comparsa en la Plaza del Ayuntamiento el día 14 de julio es uno de los momentos más emotivos de las fiestas. 
 

El Struendo de Iruña

Otro de esos eventos que no está en el programa oficial y ni siquiera tiene un día fijo es el “Struendo”, nacido en 1964 cuando un grupo de amigos de la peña Irrintzi tuvo la idea de salir por la noche haciendo sonar bombos, tambores, txistus y prácticamente cualquier cosa que haga ruido. Aunque no tiene día fijo, sí cuenta con una hora fija de inicio, a las 23:59 cientos de personas salen desde Casa Marceliano para recorrer durante horas las calles del Casco Antiguo. 

Los toros, el silencio y la luna

Cuando atardece en Pamplona/Iruña, sin horario fijo, pero sobre las 22:30, puedes ver a toros y cabestros correr solos por la cuesta de Santo Domingo a oscuras, prácticamente en completo silencio, solo roto por las varas de los pastores. Es un momento efímero, que dura apenas un par de minutos pero que regala estampas mágicas. Las entradas para verlo se sortean con antelación; pero puede verse sin entrada desde la Bajada del Portal Nuevo. 

Otros Sanfermines diferentes

Aunque quizá no lo sepas, los Sanfermines no solo se celebran en Pamplona, en la bonita localidad de Lesaka también se lanza el chupinazo el 6 de julio, dando comienzo a la música, el baile y la alegría. Una de las tradiciones más espectaculares se celebra en esta localidad el 7 de julio: los "ezpatadantzaris" bailan ese día el “Zubigainekoa”, un baile que simboliza la paz firmada en el s.XV entre los barrios de Lesaka.

El secreto de los últimos días

Por último, otro de los secretos mejor guardados de los Sanfermines es lo que sucede a partir del fin de semana. La ocupación baja, los hoteles son más económicos y hay más oportunidades de disfrutar la fiesta con tranquilidad y mucha diversión por vivir. 

Otra sugerencia interesante, ¿por qué no imitar a Hemingway alargando la estancia con unas vacaciones en Navarra para disfrutar de sus preciosos entornos naturales, su gastronomía y su gente, como hacía el premio Nobel americano tras la semana de juerga? El contraste de la fiesta y la calma, que ofrece el resto de la Comunidad Foral, es también un secreto a voces que queremos compartir con quienes se animen a visitarnos. 
 

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