09 feb, 2022

¿Odias escuchar "Me aburro" cuando estás de vacaciones?

Viajar en familia puede ser maravilloso, sólo hay que elegir el destino ideal para hacerles felices. Y ese destino es Navarra

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Viajar con peques o con adolescentes puede ser un gran reto; pero en Navarra tenemos todos los ingredientes necesarios para no escuchar jamás la famosa frase: "¡Me aburrrrooooo!"

Vamos a empezar soltando adrenalina en alguno de los muchos parques de aventura que tenemos por aquí. Tirolinas, toboganes para deslizarte a toda velocidad, circuitos por los árboles. Aquí no hay tiempo para el aburrimiento. 

Tobogan del Parque temático Senda Viva. Navarra

¿No os habéis cansado? Sacad las bicis que vamos a recorrer una de las 5 vías verdes que hay en Navarra. Son fáciles, podéis hacerlas incluso los mayores 😉 Para peques es pan comido. Vamos a ponerles retos ¡A ver quién llega primero al final del tunel! 

Vía verde del Tarazonica. Navarra

¿QUÉ HAY PARA COMER?

Otra de esas famosas (y odiosas) frases. Tranquilos, los bares navarros son famosos por sus fritos y pinchos. Tienen tal variedad que tampoco escucharéis otra de esas frases típicas "Esto no me gusta". Aquí les va a gustar todo, desde unas croqueticas hasta un pincho de txistorra y ya no te cuento si tienen la suerte de probar un solomillo a la brasa o, para quienes amáis el queso, tenemos las DO de Roncal o Idiazabal. Con el dulce seguro que no fallamos: unos canutillos, unas almendras garrapiñadas o unos garroticos de chocolate... Solo hay que sentarse a la mesa y dejarse llevar por la gastronomía navarra

Pinchos en bares de Navarra

Vamos a seguir nuestra ruta contando cuentos. Cuentos de misterio, con los akelarres de Zugarramurdi y su museo de las brujas y cuentos medievales, mientras realizamos una visita guiada especial por el Castillo de Olite y oteamos el horizonte en busca de tropas enemigas o de un bonito atardecer. 

Visita con niños al Castillo de Olite

EL ENCANTO DEL TURISMO RURAL

¿Habéis aprendido a encender la chimenea? Es lo que tienen las casas rurales. Se enciende el fogón y se cuentan historias, que pueden tener como escenario cualquiera de los castillos que hemos visitado durante el día o las calles del precioso pueblo donde está nuestra casa rural.  

Y al día siguiente ¡Vamos al monte a por setas! Hay que coger una cesta y una navaja y ver quién es el más hábil encontrado el tesoro; pero, cuidado, algunas de las que encontréis pueden ser venenosas. Hay que procurar ir con alguien experto que nos guíe, nos ayude y, de paso, nos cuente un montón de curiosidades que esconden los bosques. 

Salir a por setas con niños

Las vacaciones se acaban y hay que volver a casa, pero aún os quedan muchas cosas sin hacer. Tranquilos, aquí os esperamos cuando queráis regresar con las montañas nevadas en invierno, las piscinas fluviales en verano y la gente hospitalaria que está deseando compartir su tiempo con nuestros mejores visitantes.

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