13 jun, 2022

Piscinas naturales en Navarra

Si en estos días de verano no concibes una escapada a la naturaleza sin un buen chapuzón, estás de suerte. En Navarra puedes encontrar doce zonas de baño en las que la calidad del agua está supervisada y la diversión asegurada.

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¡Sin miedo a las temperaturas!

Hay personas que necesitan meterse en el agua poco a poco y otras que no tienen miedo al contraste de temperaturas. Si éste es tu caso, vas a poder darte un baño refrescante en cualquier de estas tres piscinas naturales de la montaña del noroeste de Navarra. 

El río Araxes, a su paso por Betelu, forma un pequeño remanso de agua a tan sólo cuatro kilómetros del lugar en el que nace. Podrás nadar entre truchas, tirarte por sus toboganes, visitar la bonita localidad de Betelu y disfrutar del impresionante paisaje de esta vertiente cantábrica de Navarra.

Un poco más al sur, a su paso por Zudaire y Artavia, el río Urederra y sus aguas provenientes de la Sierra de Urbasa-Andía, nos regalan otras dos piscinas naturales que harán las delicias de cualquier bañista. En Zudaire, la corriente fluye tranquila gracias a una presa hidroeléctrica que retiene la corriente y en Artavia podrás disfrutar del agua bajo su precioso puente románico. 

Playa o montaña ¿por qué elegir?

Si quieres tener la sensación de estar en la playa pero sin renunciar al verde de las montañas, aquí tienes tres océanos en mitad de la naturaleza. 

El embalse de Alloz, cercano a la localidad de Estella-Lizarra, es un lugar privilegiado para disfrutar de los deportes acuáticos, la pesca o el baño. Si además de profesar amor por la montaña no renuncias al windsurf, la vela, o los paseos en barco, las aguas turquesas de Alloz te lo pone fácil.

En las proximidades de Nagore, un pueblecito del Prepirineo oriental, se encuentra la desembocadura del río Urrobi rodeado de un paisaje espectacular, en el que encontrarás dos playas: la de Angordoi, que al ser la más cercana al pueblo te permite combinar baño con paseo por la localidad, y la de Arce, ubicada junto a una de las muestras del románico rural más singulares de Navarra, la iglesia de Santa María de Arce.

Descendiendo hacia el sur y ya cerca de Tudela, te espera la piscina natural más meridional de todas. De temperatura templada y aguas salinas, en este importante refugio para las aves además de darte un baño puedes practicar deportes náuticos en la zona delimitada para ello. Puedes combinar el baño con una escapada urbana a Tudela o una Ruta por el desierto de las Bardenas Reales.

Chapuzón, patrimonio y gastronomía al lado de Pamplona

Si lo que te gusta es combinar planes aquí tienes la oportunidad para meter la cabeza bajo el agua sin renunciar al turismo cultural y los placeres del paladar.  A escasos kilómetros de Pamplona, en la localidad de Beriáin, te espera la Balsa de La Morea. La balsa cuenta con una calidad de aguas excelente y en ella se puede practicar la vela. Es la opción perfecta si en una escapada a la capital del Reyno quieres disfrutar de su casco histórico y sus bares de pinchos, y terminar el día con un buen chapuzón natural.

También la localidad jacobea de Estella-Lizarra tiene su propio Manantial de Agua Salada. Dice la tradición que sus aguas, con una elevada concentración de sales, son ligeramente termales y tienen efectos curativos para la piel. La temperatura del agua permanece constante durante todo el año lo que la convierte en una opción de baño perfecta en cualquier estación. Con el cuerpo renovado, ya podrás disfrutar del impresionante patrimonio histórico y enogastronómico de la capital de río Ega.

El agua de los Pirineos

El Valle de Roncal es el valle pirenaico por excelencia y las aguas que nacen en esta zona montañosa del noreste de Navarra, dejan a su paso singulares gargantas, balsas y piscinas fluviales. Lugares de fantasía en los que zambullirse. El primero de ellos es el que se forma en Uztárroz. Cada verano retienen el río a su paso por el puente creando una estupenda y refrescante piscina natural para goce de locales y visitantes.

Un poco más abajo, a su paso por Burgui, el río Esca crea, aguas abajo de la presa de las históricas Almadías, una agradable zona de baño con su merendero y fogones para pasar todo el día. Y finalmente, en Navascués, te toparás con un coqueto paraje formado por las aguas embalsadas de la Foz de Benasa. Una opción tranquila y de clima más mediterráneo para los bañistas menos acostumbrados a las aguas frías de los Pirineos.

Aviso: el acceso a algunas de estas zonas de baño está regulado para evitar la masificación de los espacios, así como mejorar su conservación y la convivencia entre visitantes y habitantes de las zonas rurales. No te olvides de reservar tu plaza.

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