2025.11.27
Ruinas romanas en Navarra: qué ver y dónde ir
Navarra es una tierra donde el pasado sigue muy vivo. Entre valles, campos de cultivo y pueblos con encanto se esconden los restos de ciudades romanas y villas arqueológicas que florecieron hace más de dos mil años.
BlogVisitar las ruinas romanas de Navarra es mucho más que pasear entre piedras antiguas: es un viaje al corazón de la Hispania romana, donde arquitectura, historia y arqueología se combinan con paisajes únicos y experiencias culturales para toda la familia.
En esta guía encontrarás los principales yacimientos arqueológicos romanos, museos y rutas recomendadas para descubrir cómo vivían los romanos en la Comunidad Foral y cómo su legado histórico sigue presente en el territorio actual.
Historia romana en Navarra: calzadas, ciudades y villas
Durante el Imperio Romano, Navarra fue un punto estratégico entre la meseta, el valle del Ebro y el suroeste de la actual Francia. Por aquí pasaban calzadas romanas que conectaban Caesaraugusta (Zaragoza) con Pompaelo (Pamplona) y continuaban hacia Iturissa y las ciudades de Aquitania, atravesando los Pirineos por Roncesvalles. Siglos después, algunas de estas rutas inspirarían el Camino de Santiago.
Las legiones romanas se establecieron en esta zona a mediados del siglo I a. C., durante las campañas de Pompeyo, integrando progresivamente a los vascones en el dominio de Roma. Lo que entonces era frontera del imperio se transformó pronto en un territorio próspero, con ciudades planificadas, villas agrícolas y una red de infraestructuras romanas que articulaba el comercio del vino, el aceite, la cerámica y los metales.
A lo largo de estas vías florecieron centros urbanos y rurales, algunos tan relevantes que hoy pueden visitarse como auténticos museos al aire libre. Andelos, Santa Criz de Eslava o la villa de Arellano son buenos ejemplos. Pasear por ellos permite imaginar cómo era la vida cotidiana: las termas públicas, las casas con mosaicos, los templos romanos o los foros donde se reunía la comunidad.
Santa Criz de Eslava: un asentamiento urbano romano
Entre suaves colinas y viñedos se alza Santa Criz de Eslava, uno de los yacimientos romanos más monumentales conservados en Navarra y referente en el norte peninsular. Sus restos documentan el trazado de una ciudad romana con un foro monumental —acompañado de estructuras de culto y un posible edificio termal—, un conjunto funerario (necrópolis) y restos domésticos con evidencias de ocupación y decoración.
El Centro de Interpretación de Santa Criz, en el municipio de Eslava, completa la visita con una exposición de piezas, maquetas y recursos didácticos que ayudan a reconstruir la vida cotidiana en la antigua Hispania.
Como broche final, nada mejor que recorrer el paisaje que rodea el yacimiento y disfrutar de una cata de vino elaborado en estas mismas tierras.
Andelos: la ciudad romana del agua
En Mendigorría se encuentra Andelos, una antigua ciudad romana que destacaba por su sistema hidráulico —presas, depósitos y acueductos—, obra de ingeniería avanzada que permitió un abastecimiento fiable incluso en períodos de menor agua.
En Andelos pueden visitarse restos urbanos como termas públicas, viviendas, calles pavimentadas con ejes de cardo y decumano, y un complejo sistema de captación, conducción y distribución del agua.
El Museo Arqueológico de Andelos, asociado al yacimiento, ayuda a comprender el funcionamiento de esta ciudad romana y de su notable infraestructura hidráulica, considerada entre las más interesantes de la zona norte de la península.
Villa romana de Arellano y otros tesoros arqueológicos
Cerca de Estella-Lizarra, en el municipio de Arellano, se encuentra la conocida Villa romana de Arellano, también llamada “Villa de las Musas” por su espectacular mosaico de las nueve diosas, cuyo original se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional. Esta villa rural fue habitada entre los siglos I y V d.C. y combina funciones agrícolas (con bodega, producción de vino) y residenciales de la élite romana.
Sus magníficos mosaicos, la bodega original, la cisterna y otros elementos arquitectónicos permiten hacerse una idea del nivel de la explotación y del lujo rural en la época romana. La visita a este conjunto facilita la comprensión de cómo vivían y trabajaban en el campo durante el Imperio Romano.
Otros enclaves romanos en Navarra de gran interés
Además, en Navarra pueden visitarse otros enclaves romanos de gran interés:
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Liédena: vestigios de una villa romana junto al camino entre Zaragoza y Pamplona
En Liédena se encuentra una villa romana de gran tamaño, probablemente vinculada a una vía romana que conectaba Caesaraugusta (Zaragoza) y Pompaelo (Pamplona). Este enclave, situado junto al río Aragón, controlaba un paso estratégico entre el valle del Ebro y los Pirineos, y conserva vestigios de muros, edificaciones y materiales cerámicos que evidencian la presencia romana durante varios siglos.
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Falces y San Adrián: villas agrícolas en el valle del Ebro
En Falces y en la zona de San Adrián se han identificado restos de villas rurales romanas dedicadas a la producción agrícola. Estas explotaciones combinaban zonas residenciales y espacios de trabajo vinculados al cultivo de cereales, vid y olivo, reflejando la importancia del campo navarro en la economía de la Hispania romana.
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Pamplona (Pompaelo): la ciudad romana bajo el casco antiguo
Bajo el casco histórico de Pamplona se encuentra Pompaelo, la ciudad romana fundada en el siglo I a. C. por Pompeyo. De aquel asentamiento se conservan el trazado urbano original, restos de murallas, termas y viviendas, cuyos hallazgos pueden admirarse en el Museo de Navarra junto a mosaicos, esculturas e inscripciones que recuerdan el origen romano de la ciudad.
Además de estos vestigios de Pompaelo, varias piezas halladas en otros yacimientos navarros guardan similitudes con colecciones de referencia, como las del Museo Arqueológico Nacional, lo que refuerza el papel del museo foral como punto de partida para comprender la romanización en Navarra.
Ruta de fin de semana recomendada por las ruinas romanas de Navarra
Si quieres recorrer los principales yacimientos romanos de Navarra en dos días, aquí tienes una propuesta de itinerario sencilla y bien organizada para disfrutar al máximo de la ruta:
Sábado: Zona Media de Navarra — Andelos, Arellano y Santa Criz de Eslava
- Mañana – Andelos (Mendigorría)
Comienza la ruta en la antigua ciudad romana de Andelos. Su localización es perfecta para iniciar el fin de semana y te permitirá enlazar fácilmente con el resto de paradas.
- Mediodía – Villa Romana de Arellano
Continúa hacia Arellano para visitar la villa romana. Es un tramo corto por carreteras tranquilas, ideal para aprovechar el mediodía y disfrutar del entorno rural.
- Tarde – Ciudad romana de Santa Criz de Eslava
Cierra el día en Santa Criz de Eslava. El sitio arqueológico y las vistas del entorno son perfectos para una visita de tarde antes de dirigirte al alojamiento.
Dónde alojarte
Las localidades de Puente la Reina, Estella-Lizarra o Ujué son bases excelentes para pernoctar: gastronomía local, alojamientos rurales y ambiente tranquilo.
Domingo: Pamplona y el legado romano del Museo de Navarra
- Mañana – Pamplona
Dirígete a Pamplona para completar la ruta con la visita al Museo de Navarra, donde podrás ver mosaicos e inscripciones que contextualizan todo lo visto el día anterior.
- Tarde – Paseo por la ciudad
Aprovecha para recorrer sus calles y rincones con encanto, relajarte en sus parques o disfrutar de un tardeo por el casco viejo antes de dar por terminada la escapada.
Viajar al pasado romano, disfrutar del presente
Descubrir las ruinas romanas en Navarra es adentrarse en una historia que sigue viva entre colinas, ríos y pueblos con encanto. Pasear por un yacimiento romano, contemplar mosaicos milenarios o recorrer antiguas calzadas imperiales permite imaginar cómo era la vida en la antigua Hispania.
El patrimonio arqueológico de Navarra conserva templos, villas y ciudades que muestran la huella profunda de Roma en el norte de la península. Visitar estos lugares es una experiencia única de turismo cultural y de naturaleza, una forma de viajar al pasado mientras se disfruta del presente.