Los bosques son lugares que se suelen asociar a plácidos paseos, al disfrute en familia o a la práctica del deporte. Pero no hay que olvidar que los bosques son también espacios de leyenda, misterio y superstición.
Corrientes de agua que sobrecogen cuando bajan con toda su bravura. Ramas retorcidas que se vuelven amenazadoras al caer el sol. Sonidos nocturnos de procedencia desconocida. Y cuevas oscuras, refugio de quién sabe qué seres extraños…
Ay, qué cosquilleo. Esa sensación a medio camino entre la fascinación y el miedito. Te gusta, ¿verdad?
Genial, porque en Zugarramurdi tienes un gran ejemplo de ello. Pero no olvides que no es el único en Navarra. Las cuevas de Urdax y Mendukilo no le andan a la zaga, ya lo verás.
¿Quieres que te hablemos de todas ellas? Pues sigue leyendo porque aquí está todo lo que necesitas saber para organizar tus excursiones por la Navarra más enigmática.
Vamos allá.
Zugarramurdi, el pueblo de las brujas
Muy cerquita de Francia, al norte del Valle de Baztan, entre paisajes verde-azulados, se sitúa Zugarramurdi, el famoso «Pueblo de las Brujas». Un paisaje conformado por bellos caserones, vacas pastando y el típico entramado urbano pirenaico perfectamente custodiado por la Iglesia de la Asunción. Se trata de un pueblo de lo más animado, con servicios y atractivos que bien merecen una visita por sí solos.
Pero si algo distingue a la localidad es la popular Cueva de Zugarramurdi; protagonista de leyendas sobre aquelarres y brujería y también de alguna que otra película, como Las Brujas de Zugarramurdi, de Álex de la Iglesia.
Sin más dilación, vamos con el repaso de todo lo que te espera en la cueva.
Cueva de Zugarramurdi
A tan solo 400 metros del pueblo, dando un agradable paseo por el bosque que la acoge, encontrarás el acceso a la gruta.
No esperes grandes estalactitas ni pinturas rupestres porque esta no es ese tipo de cueva.
Esta es una cueva que, según la leyenda, fue escenario de aquelarres donde cientos de personas adoraban al mismísimo diablo. Se necesitaba mucho espacio para celebrarlos, y eso es justamente lo que ofrece esta cueva. Grandes galerías excavadas por el transcurrir de las aguas del Orabidea a lo largo de los siglos. Por cierto, que la denominación en euskera del arroyo, Infernuko erreka, alude justamente al nacimiento de sus aguas, procedentes del infierno.
Sus dimensiones son impresionantes: un túnel natural de 120 metros de largo con alturas de hasta 12 metros y dos galerías elevadas. El sitio perfecto —amplio pero alejado de cualquier control— para dejarse llevar por el desenfreno pagano alrededor de una hoguera.
El mito de Zugarramurdi se consolidó en 1610, cuando el Tribunal de la Inquisición de Logroño investigó a 40 mujeres acusadas de brujería por sus vecinos. De ellas, 11 fueron condenadas a morir en la hoguera, y un panel con sus nombres las recuerda a la entrada de la cueva.
Todo este bagaje convierte la visita a la Cueva de Zugarramurdi en una experiencia de lo más intrigante, que podrás complementar con nuestra siguiente propuesta.
Museo de las Brujas
¡Espera! ¿Qué te parecería empezar tu inmersión en el universo de las brujas en un museo dedicado a ellas?
Pues es posible. Si quieres llegar a la Cueva de Zugarramurdi con la mente bien dispuesta para la fantasía, no podemos más que recomendarte que antes te pases por el Museo de las Brujas.
Un espacio que explora los orígenes socioculturales de las leyendas sobre la brujería y el papel de la Inquisición en su trágico devenir. Personajes de la mitología local, como Mari y Aker, la práctica de ritos paganos y el papel de las mujeres como sanadoras te ayudarán a comprender mejor qué significó la cueva para quienes habitaban en Zugarramurdi.
Cueva de Urdazubi/Urdax
Y seguimos con las buenas noticias. Sobre todo si te apasionan las cuevas —que parece que sí— y los paseos por el bosque.
Y es que desde la Cueva de Zugarramurdi parte un sendero, el sendero de la Pottoka Azul, que discurre con placidez hasta otras cuevas la mar de interesantes. Nos referimos a las cuevas de Urdazubi/Urdax, pequeña localidad pirenaica de la que te hablaremos en un momento, y a las de Sara, ya en territorio francés.
Pero ahora nos centramos en las cuevas de Urdazubi/Urdax, que son lo que nos han traído hasta aquí.
La gracia de estas cuevas, y de aprovechar tu visita a la cueva de Zugarramurdi para verlas, es que son lo opuesto a la cueva de las brujas. Estas cuevas están cerradas y aquí sí que vas a encontrar un hermoso despliegue de estalactitas y estalagmitas formadas durante miles y miles de años.
Has de saber que esta cueva sirvió de refugio durante la Guerra de la Independencia y las contiendas carlistas y que aquí se escondieron contrabandistas y bandoleros. Y ojo, que tampoco le falta su halo de misterio. Y es que las leyendas locales cuentan que aún hoy es morada de las preciosas lamias, seres mitológicos mitad pez y mitad mujer.
La cueva de Ikaburu, que es como se llama la gruta, conforma uno de los yacimientos prehistóricos del paleolítico superior más importantes de Navarra. La visita se realiza con personas guías especializadas, quienes se aseguran de que todo se mantenga en perfectas condiciones. Además, puedes reponer fuerzas en su cafetería, improvisar un picnic en su merendero, o llevarte un bonito recuerdo de la tienda.
Urdazubi/Urdax
«Puente y agua», esa es la traducción de euskera a español del nombre de esta localidad. Lo cual ya te da una idea de lo que vas a encontrar…
Y efectivamente, esta villa es la estampa típica de un pueblecito de los Pirineos. Con sus casas blasonadas construidas por indianos, su entorno siempre verde y hasta un pequeño canal de agua que atraviesa el casco urbano. El conjunto es de un incontestable aire solemne y señorial; y pasear por sus calles, una delicia. Y no solo por su belleza, también por el ambiente lleno de vida que destilan.
Y espera, que Urdazubi/Urdax cuenta con otras dos curiosidades que no deberías perderte:
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Monasterio de Urdax
De origen no determinado, se cree que una pequeña congregación de agustinos se estableció aquí para atender el peregrinaje en el S.XI. Y tras un pasado convulso debido a su proximidad con Francia, en la actualidad sirve de iglesia parroquial.
En el exterior destaca la portada de estilo herreriano y el color rosado de su piedra, tan habitual en la zona.
Y en el interior merece la pena visitar el claustro medieval, la colección permanente de pintura y escultura contemporánea y el museo del monasterio. Aquí podrás recorrer la historia de Urdazubi/Urdax, conocer su vínculo con el Camino de Santiago y repasar su pasado monástico a través de los audiovisuales y de los paneles expositivos.
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Molino de Urdazubi/Urdax
Con la presencia de los monjes en el S.XI llegó también la construcción de puentes y canales —que dan nombre a la villa— y también de un molino que permitía trabajar el hierro y moler el grano.
Este molino no se conserva como entonces ya que su aspecto actual se debe a una reconstrucción del S.XVIII. Fue en ese momento cuando el molinero comenzó a dar servicio a los caseríos del lugar a cambio de un saskito o celemín.
Todavía en activo, la visita al molino te permite ver su peculiar funcionamiento.
¡Acércate a realizar una visita!
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Las ventas de Dantxarinea
A solo 2 kilómetros de la muga con Francia te espera este espacio comercial con una amplia oferta de productos —tecnología, moda, joyería, alimentación, artículos gourmet— y una selección de restaurantes con unos platos que seguro que te hechizan.
Cueva de Mendukilo
Y al oeste que nos vamos, a la Sierra de Aralar, para hablarte de la última cueva que puedes visitar en tierras navarras. Está en Astitz y se llama Cueva de Mendukilo.
Su recorrido turístico, que harás con guía, te revela los misterios de las profundidades de la tierra gracias a la reciente disposición de pasarelas flotantes e iluminación multimedia. La visita discurre por varias salas, como la Artzainzulo —refugio de pastores—, de gran volumen y con abundante luz natural; la Laminosin —sala de los lagos—, repleta de formaciones geológicas; y el gran colofón, la Herensugearen gotorlekua —morada del dragón—, de tamaño colosal. Aquí es cuando el guía ruega silencio y solo —solo— se escucha el más profundo silencio que la tierra puede brindar.
Y para la gente más osada existe la posibilidad de apuntarse al programa de espeleoaventura, que llega hasta la Sala del Guerrero, a 70 metros bajo tierra. Se trata de una actividad exigente físicamente, de unas 3 horas, que debes reservar con antelación.
Independientemente de la modalidad que elijas, tienes a tu disposición la zona de acogida, un área de exposiciones, baños y máquinas expendedoras de tentempiés y cafés.
Brujas, aquelarres, culto al diablo... Y la belleza de la obra de esa magnífica escultora que es el agua.
Nuestras cuevas son mucho más que cavidades oscuras. Son folclore, son historia y son pueblos cautivadores.
Y cuando las descubras nos darás la razón.