29 nov, 2023

Los 8 pueblos más bonitos para visitar esta Navidad en Navarra

Ven a Navarra y descubre 8 pueblos en los que te querrás quedar a comer, a dormir y a vivir.

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Seguro que sabrás que Navarra tiene un pasado histórico de lo más entretenido y un contraste de climas poco corriente. Todo eso se refleja en la gran diversidad de pueblos que salpican su geografía. Aquí, descubrirás pintorescas aldeas de montaña, villas-calle propias del Camino de Santiago y pueblos medievales con iglesias-fortaleza. Localidades que preservan con mimo su cultura, su historia y sus curiosas tradiciones.

Si a esto le añadimos unos paisajes idílicos que cargan pilas y personas auténticas, no es de extrañar que Navarra sea uno de los destinos de turismo rural más valorados y el lugar idóneo si buscas disfrutar sin estrés de preciosos rincones con gran personalidad y belleza. Si estás pensando en acercarte a Navarra para vivir unas Navidades descubriendo lugares de postal, aquí tienes 8 pueblos en los que perderte y en los que te querrás quedar a vivir. ¡Cuidado que enganchan!

Zugarramurdi

Brujas, aquelarres y la Santa Inquisición. Seguro que has oído mil leyendas sobre el pasado de Zugarramurdi o has visto escenas de la conocida película de Alex de la Iglesia, “Las brujas de Zugarramurdi”. Así que lo mejor es que visites este precioso pueblo, al pie de la frontera con Francia, y descubras qué sucedió realmente en el que se considera el caso más importante de brujería de nuestro país. Lo podrás hacer visitando la magnífica Cueva de Zugarramurdi y el Museo de las Brujas. Una vez saciada tu curiosidad, levanta la mirada porque el paisaje de caserones y verdes praderas con animales pastando al pie de los Pirineos te harán desconectar y sentir la paz de la vida tranquila del campo.

  • Amplía aquí la información sobre Zugarramurdi y otras cuevas.

Panorámica de Zugarramurdi en primavera

Elizondo

Descendiendo hacia el sur, en el Valle de Baztan, nos encontramos con otra localidad que, como la anterior, también se ha dado a conocer al mundo gracias a la literatura y el cine. El verdadero protagonista de “La Trilogía del Baztan” es en realidad el enigmático pueblo de Elizondo. Una vez allí, descubrirás que no es ni tan misterioso ni tan impenetrable como te lo han vendido. Este pueblo se muestra acogedor y es sin duda una de las localidades con más personalidad de Navarra. Callejear entre sus enormes casas de piedra siguiendo el curso del río Bidasoa es en sí toda una experiencia, así que prepara tu móvil que lo vas a llenar de fotos. Y hablando de experiencias, pero ahora gastronómicas, aprovecha para comprar queso, chocolate y las míticas tortas de txantxigorri de la Panificadora Baztanesa, la de toda la vida y la misma que aparece en las películas de la trilogía.

Caserío de Elizondo visto desde el río en primavera

Lesaka

Menos conocida que las dos anteriores, pero igualmente encantadora.  Destacan sus nobles caseríos con coloridas contraventanas de madera, su monumental iglesia y sus numerosos puentes, que son la razón de que haya sido bautizada como la pequeña Venecia navarra. Además, su folklore es de lo más vistoso. Famosos son sus ezpatadantzaris, danzantes que bailan sobre los pretiles del río un único día al año: el 7 de julio en sus fiestas de San Fermín. Anota la fecha por si prefieres venir en verano.

Y de Lesaka es también el origen de la leyenda de Olentzero, un simpático carbonero que pipa en boca y bien abrigado, baja cada Nochebuena de la montaña para traer regalos a los niños y niñas. Aquí, la mañana del día 24 de diciembre, se organiza un concurso de Oltentzeros, y el ganador es el que sale por la tarde en pasacalle por el pueblo. Otra de las cosas buenas de Lesaka es que puedes maridar sus tradiciones con un sabroso menú de sidrería  o con un buen plato de alubias rojas calentitas.  

  • Si quieres aprovechar mejor el día, a menos de 10 km se encuentra el Parque de aventuras Irrisarri Land, con diferentes alojamientos, restaurantes y multitud de actividades para todo tipo de visitante.

Hora del aperitivo en las calles de Lesaka

Lekunberri

Si lo tuyo es el turismo rural, pero a base de pedaladas, aquí tienes una parada obligatoria. Lekunberri es una de las localidades emblemáticas de la Vía Verde del Plazaola. Nos referimos a un antiguo tren que unía Pamplona con Donostia-San Sebastián hasta mediados del siglo XX. Su tramo navarro, de 42 kilómetros, discurre entre caseríos y túneles. Galardonado en 2021 con el sello “Best Tourism Village” de la Organización Mundial de Turismo, Lekunberri es el lugar ideal para bajarse de la bici y hacer un alto en el camino. Puedes comenzar por la antigua estación de tren donde se encuentra la oficina de turismo. Mapa en mano, pasea por su casco antiguo entre viejos caserones, visita su lavadero o disfruta de las vistas panorámicas desde el Mirador de Peña.

Varios cicloturistas atravesando un túnel de la Vía Verde del Plazaola en otoño

Ochagavía

No podía faltar en este recopilatorio uno de los pueblos más conocidos del Pirineo navarro, tanto por su belleza como por ser una de las dos puertas de entrada a la Selva de Irati. En pleno Valle de Salazar, el pintoresco pueblo de Ochagavía recibe al visitante con sus balcones llenos de flores, sus calles empedradas y el puente medieval que cruza el río Anduña, a cuyos lados se articula el pueblo. Pasear por sus callejuelas es como entrar en un cuento. Fíjate en los caseríos de piedra con tejados muy inclinados para que la nieve discurra en invierno. También verás que las casas están separadas por pequeños huecos llamados “etxekarte” para evitar incendios y no te pierdas su solemne iglesia y varios palacios blasonados. Todo rodeado de montañas y junto a una gastronomía tradicional deliciosa hacen de Ochagavía una visita inolvidable. ¿Qué más se puede pedir?

¡Ah, sí! ¿Qué te parece combinar la tranquilidad de un paseo con una buena jornada de senderismo o inmersión en la naturaleza?

Vista nocturna de Ochagavía desde el río

Puente la Reina

Entre Estella-Lizarra y Pamplona, se encuentra el bonito pueblo medieval de Puente la Reina. Atravesado por el Camino de Santiago y muy influenciado por las corrientes comerciales y culturales que lo han marcado durante siglos, Puente la Reina es hoy uno de los pueblos que mejor ha conservado su patrimonio histórico, el comercio tradicional y la vida en sus calles. Te recomendamos seguir los pasos de los peregrinos y atravesar su icónico puente románico, visitar sus iglesias y pasear por sus calles contemplando las enormes casas palaciegas. No dejes de comprar ricos pimientos y tomarte algún pincho en los bares de la localidad.

Primer plano puente románico de Puente la Reina viéndose detrás el pueblo

Ujué

Imagina una pequeña colina llena de casitas de piedra y coronada por un magnífico santuario-fortaleza. Ujué es un coqueto pueblo de postal que se hace realidad a medio camino entre la Ribera y los Pirineos. Paisajes de contrastes que podrás disfrutar desde lo alto del santuario los días despejados. Rodeada de cereal, olivos, vid y almendros, esta pequeña localidad es famosa por su tradicional plato de migas de pastor, que acompañadas por unas sabrosas costillas de cordero a la brasa hacen el menú perfecto y un plan obligatorio si decides perderte en sus callejuelas.

  • Aquí te dejamos más planes que acabarán de redondear esta experiencia 100% medieval en el corazón de Navarra.

Vista con la iluminación nocturna del conjunto del pueblo Ujué

Olite

Dejamos para el final uno de los pueblos más famosos de Navarra. Y es que no es de extrañar, ya que su hermoso castillo, Monumento Nacional desde 1925, es único. Este imponente palacio te hará viajar directamente al medievo. Torres con tejados cónicos, amplias estancias, galerías, jardines colgantes, patios, fosos y hasta un zoológico llegó a tener… está claro que el Rey Carlos III el Noble que allí instaló su hogar, tenía un gusto exquisito por los grandes lujos y extravagancias, convirtiéndolo en un palacio de ensueño. De ahí que sea considerado uno de los palacios más lujosos de su época en Europa.  No te pierdas sus visitas guiadas y no olvides que Olite es mucho más que su castillo. Su casco histórico, sus magníficas iglesias, sus casas nobles y murallas son dignas de un buen paseo y están a la altura de su señorial palacio.

Y no olvides que estás en tierra de buenos vinos y que puedes maridar a la perfección cultura y enoturismo en un mismo día.

  • Descubre aquí todas las experiencias gastro y de enoturismo de la zona.

Vista de Olite desde una de las torres del Palacio

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