16 dic, 2025

Qué comer en Navarra si nos visitas en invierno

Vamos a contarte un secreto y esperamos que sepas cuidar de él: en Navarra, el invierno sabe a hogar… y se sirve en plato hondo. Es tiempo de saborear las magníficas verduras de la huerta tudelana o el tradicional cordero navarro en sus múltiples facetas, y de prepararnos para ir de sidrería. Porque aquí mandan la tierra y los sabores genuinos, que nacen de las tradiciones más arraigadas y se disfruten en compañía.

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El invierno en Navarra no es gris: es verde, naranja, blanco, rojizo, dorado… gracias a su gastronomía más emblemática, que transforma los meses de frío en un festín de sabor y tradición.

Iniciamos la temporada con las verduras de invierno en Tudela, que desde tiempos inmemoriales conforman la identidad de esta tierra. Y nos animamos a saborear los platos típicos de Navarra, con unos protagonistas de primer nivel: el brócoli, la coliflor, la escarola, el apio, la acelga, la alcachofa, la borraja, el cardo, la berza, la achicoria y la calabaza. 

A través de menús exclusivos en Tudela y en la Ribera que rinden homenaje a este legado, descubrimos cómo el brócoli y la coliflor resultan perfectos para cremas suaves o al vapor; que la escarola o la achicoria dan vida a magníficas ensaladas, o que el apio y la acelga son el compañero ideal de caldos y guisos. La borraja también nos sorprende, con su color verde intenso y su textura casi líquida, custodiada por patata, jamón, huevo duro, con formas y texturas fantásticas. Y qué decir de la alcachofa que, con un sabor único, es la esencia del puro lujo vegetal. En esta época, además, ¡tienes que reservar un espacio privilegiado para el cardo! Uno de los platos más típicos de la cocina navideña navarra, que se presenta con sabor suave y textura tierna, cocinado con un sofrito de ajo y cebolleta, jamón, harina y almendras picadas. O, para darle un toque marinero, con almejas frescas y gambas, ideales para cualquier comida festiva. Finalmente, triunfa la calabaza, dulce y singular, con ese color que alegra cualquier receta.

Por eso, te invitamos a que conozcas el auténtico carácter de estas verduras invernales de proximidad, que se degustan frescas y con una calidad intacta. Porque en Navarra se respetan los ciclos naturales de la huerta y el alma local que lo envuelve todo. En el camino descubrirás, también, que son auténticos superalimentos, con múltiples propiedades saludables. No es de extrañar, pues, ¡que gocen de fama internacional!

Así que nos vamos hasta algunos de los restaurantes más icónicos de la zona, para saborear las recetas verdes más increíbles, de la mano de chefs capaces de transformar la huerta en arte. Llegamos al restaurante Topero, en Tudela, para probar su cardo rojo con jamón y almendra tostada. Y al El Choko de Remigio, donde saboreamos la delicada borraja, acompañada de una espuma de patata con berberechos. Seguimos con una suculenta propuesta de El Trinquete: ensalada de apio con pomada de su troncho y otras verduras ‘de hielo’. Y de ahí nos movemos hasta el restaurante Beethoven en Fontellas, donde nos conquista su ‘plato de la casa’: achicoria aliñada con aceite, mostaza antigua y queso navarro de oveja. Finalizamos con las alcachofas al estilo Treintaitrés, que reinterpretan este clásico de la gastronomía navarra, arropándolo con una salsa de verdura y cobertura de quinoa.

Si además quieres ir más allá y disfrutar de una experiencia totalmente inmersiva, no puedes perderte Inverdura, el mejor escaparate de nuestras verduras.

Interior de un restaurante con gente comiendo

El cardo rojo, el perfecto desconocido

El cardo rojo es otro de los tesoros gastronómicos del invierno en Navarra, muy apreciado desde la época romana. Una variante del cardo blanco, que se cultiva especialmente en Corella, con una textura tierna y un sabor dulzón muy característico. 

Si te atrae esta propuesta, ¡estás de suerte! porque la ciudad celebra, antes de despedir el año, una gran fiesta en su honor:  las Jornadas del Cardo Rojo. Una cita que te permitirá descubrir la historia de esta misteriosa verdura, adquirirla de manos de sus productores y disfrutar de actividades como mercados, talleres, pinchos temáticos y visitas guiadas a bodegas.

puesto de venta de verduras

El cordero, esencia de la cocina navarra

Si hablamos de clásicos invernales, no puede faltar el cordero navarro, con Indicación Geográfica Protegida, que respira calidad y culto al origen. Nacido y criado en nuestra tierra de forma tradicional, procede de dos razas autóctonas: Latxa y Navarra, ambas con una carne tierna y jugosa. Así que lo disfrutamos en sus dos versiones: el lechal, suave y delicado, o el ternasco, con más carácter y sabor. 

Nos sentamos a la mesa y sentimos el aroma profundo del cordero al chilindrón, con su salsa que mezcla pimientos del Piquillo, tomate y ese punto de ajo que despierta los sentidos y reconforta el cuerpo. 

Y le hincamos el diente también al cordero asado: pura esencia navarra que se cocina despacio, dejando que el calor haga la magia, hasta que quede crujiente por fuera y jugoso por dentro. 

Nos envalentonamos y probamos también los menudos del cordero lechal. Callos, riñones, mollejas… un bocado exquisito, herencia de aquella ‘cocina de la abuela’ que deja huella.

Pero, ¡ojo! que no todo en Navarra es cordero. Entre las carnes típicas de esta tierra, también despunta el gorrín, cocinado al estilo de aquí: con adobo, asado en horno de leña y regado con vino blanco. Acompañado de ensalada, patatas panaderas o con pimiento ¡está riquísimo! Y hasta cuenta con una cita en su honor: el Día de la Exaltación del Gorrín, en Estella-Lizarra

gorrín asado sobre lechuga

Ir de sidrería en Navarra: un plan que sabe a tradición y buen rollo

El sonido del chorro de sidra saliendo de la kupela y golpeando el vaso, con ese aroma fresco y afrutado en el aire… no deja lugar a dudas: ¡arranca una de las tradiciones más arraigadas de Navarra! Ir de sidrería, al grito de “Txotx”

Entre montes boscosos y ovejas, nos colocamos alrededor de una mesa larguísima, para reír, beber y compartir platos típicos de la gastronomía navarra, que rinden tributo a la cocina más honesta: chorizos a la sidra, tortilla de bacalao, chuletón y queso de la tierra con membrillo y nueces. Y, entre bocado y bocado, repetimos el ritual de levantarnos, acercarnos a la kupela y servirnos una sidra como manda la tradición. 

¿Te atrae la idea? ¡Pues apunta! Desde mediados de enero y hasta mayo puedes disfrutar de este plan que combina sabor, diversión y cultura. Sobre todo, en aquellas sidrerías de ciclo completo, que cultivan y elaboran su propia sidra con un enfoque sostenible: Larraldea en Lekaroz, Linddurren Borda en Lesaka, Behetxonea en Beruete, Toki-Alai en Lekunberri y Martitxonea en Aldatz. 

grupo de personas en la zona de kupelas de la sidrería hablando y bebiendo sidra

El diamante negro navarro: un plato típico de la gastronomía navarra

Al abrigo de la Sierra de Lokiz, en Tierra Estella , se alza el Eco-Museo de la Trufa de Metauten, donde se guardan todos los secretos de este codiciado ingrediente

Para descubrirlos, el museo nos ofrece una experiencia sensorial completa, que incluye una visita guiada por una plantación, para aprender sobre el cultivo, los cuidados, la recolección de la trufa y el adiestramiento de los expertos perros truferos. ¡Hasta recogeremos trufas frescas! Y, para terminar, gozaremos con una cata de productos gourmet elaborados con una base del llamado ‘diamante negro’, cada uno más delicioso que el anterior. 

Cesto con trufa negra

Los pimientos del piquillo de Lodosa y las pochas de Sangüesa

Aunque ya nos pilla un pelín fuera de temporada… ¡en invierno no nos olvidamos de otros dos platos típicos de Navarra! Los pimientos del Piquillo de Lodosa y las deliciosas pochas de Sangüesa

Lo cierto es que ahora es cuando rellenamos esos pimientos premium que fueron asados y pelados con mimo, con carne de ternera y cerdo, morcilla o bacalao, creando una potente fusión de mar y tierra que sorprende por su sabor delicado. 

En cuanto a las pochas de Sangüesa, aún podemos acudir a esta maravillosa ciudad medieval y disfrutar de su sabor suave y textura cremosa. Nada más probarlas, descubrimos por qué este plato humilde se ha ganado un lugar en el corazón (y el paladar) de toda Navarra.

Y aquí finaliza nuestra propuesta gastronómica para transformar los meses más fríos en una experiencia cálida y memorable. Ya sabes: si ves estos platos típicos de Navarra en la carta, ¡no lo dudes! acompáñalos de un buen vino navarro y deja que la sabiduría culinaria navarra haga el resto.

plato de pimientos asados con sofrito de ajos

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