2025.11.03

Qué comer en tu escapada a Navarra este otoño

En esta estación, Navarra se transforma en un festín para los sentidos. Las chimeneas despiertan y la tierra ofrece lo mejor de sí: setas del Valle de Ultzama, castañas del Quinto Real, carnes de caza, pimientos del piquillo y las célebres verduras de Tudela. Si te preguntas qué comer y qué beber en tu escapada a Navarra este otoño, prepárate para descubrir una enogastronomía que une tradición y paisaje, memoria y sabor. Cada plato es un viaje por la historia viva de esta tierra generosa que se disfruta, sobre todo, despacio.

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Cuando llega el otoño Navarra se llena de rojo y dorado y, vayas donde vayas, si prestas atención, escucharás nuestra tierra que susurra sus secretos culinarios. ¿Nos vamos a poner un poco intensos? Puede ser. Pero es que ahora comienza nuestro fascinante viaje por los sabores más típicos de la época otoñal. Te invitamos a lanzar una mirada al pasado y descubrir los secretos mejor guardados de nuestros productos, que respiran calidad y tradición.

Así que prepárate para descubrir, como nunca lo habías hecho, las setas de temporada y las célebres castañas, los intensos sabores del jabalí o el ciervo, sus migas de pastor, los pimientos asados, las verduras de invierno o las pochas de Sangüesa, el plato más típico y genuino de esta ciudad monumental. Todo ello, sin olvidar las deliciosas chuletas y asados de cordero regados, cómo no, con los vinos exquisitos de las bodegas navarras. 

Llegó el momento de saborear la memoria y celebrar lo que nos da la tierra… con experiencias que apelan a todos los sentidos. 

Manos de una persona llevando un cesto de mimbre con pochas en su vaina

Las setas, los tesoros silvestres de Ultzama

Empezamos nuestra travesía en el Valle de Ultzama, un rincón navarro conocido no solo por su belleza natural, sino también por ofrecer experiencias únicas como la recolección de setas y hongos, una de las actividades más emblemáticas de la zona. Su preparación siempre transforma nuestra cocina en un mosaico de aromas, texturas y viejas historias.

Nos adentramos en este edén cesta en mano y exploramos el origen de estos manjares, las distintas variedades que existen y el modo adecuado de recogerlas, guiados por quienes saben de micología. Y sin darnos cuenta… ¡La cesta ya está llena!

Después, en los fogones, el aceite chisporrotea mientras las setas liberan su perfume. Disfrutamos estos platos típicos de Navarra en todas sus facetas: en revueltos suaves, en guisos lentos... Y, en cada bocado, viajamos al corazón del bosque, al instante en que fueron recolectados con mimo. Nos rendimos ante el boletus, con su carne firme y sabor profundo; las delicadas amanitas, los níscalos anaranjados y las colmenillas con matices que van del dulzor terroso al umami más envolvente. 

Brazos de un hombre con una navaja en la mano cortando un hongo

Carne de caza, el sabor más salvaje de la gastronomía navarra

Nos trasladamos hasta los rincones más salvajes de Navarra, en el Pirineo Occidental navarro, donde los bosques se tiñen de niebla y los valles respiran en silencio. Es el santuario de la caza, que aquí se vive como un arte ancestral. 

Más tarde, nos paramos en el Valle de Baztan, en Malerreka, Cinco Villas, Bertizarana o Xareta para degustar sugerentes menús con productos cinegéticos de temporada, resultado de las jornadas de caza que en él se celebran, y que combinan la tradición con la alta cocina más innovadora. Ahí nos espera el jabalí cocinado lentamente con vino tinto, cebolla, zanahoria, ajo y romero; la perdiz estofada acompañada caldo de ave, patatas, cebolla y pimiento rojo, el ciervo guisado, o la paloma torcaz, en salsa o en escabeche. En definitiva, platos típicos de Navarra ¡que no te puedes perder!

Plato con paloma cocinada

La esencia rural, en una cucharada de migas

Encaminamos nuestros pasos hasta la villa medieval de Ujué, desde donde se avistan la Ribera y el Pirineo. Y allí, en lo alto de un cerro dominado por su iglesia fortaleza, degustamos sus típicas migas cocinadas en horno de leña, con pan ‘cabezón’ de varios días, sebo de cordero, ajos, agua y sal, aderezadas con setas, jamón y chistorra. Un homenaje a la comida típica de aquellos pastores que recorrían nuestros montes desafiando al frío. Acompañados de un buen vino navarro y coronadas por las garrapiñadas propias de la localidad, no puedes dejar de disfrutar de esta típica comida navarra, que nos recuerda el valor de lo sencillo.

caldero pequeño con migas de pastor

Castañas en Quinto Real: el sabor más tradicional del otoño navarro

Y nos vamos hasta los centenarios bosques de Quinto Real, donde se ocultan las populares castañas, para iniciar el ritual de la recogida en un entorno idílico. 
Ya en la cocina, asadas al fuego, nos dejamos envolver por su aroma dulce y ahumado. Y las degustamos, ¡vaya que sí!, en platos típicos navarros de cremas suaves, acompañando carnes de caza; en flanes y bizcochos o, simplemente, cocidas con anís y canela, como hacían nuestros antepasados.

niña en un bosque con un puñado de castañas entre sus manos

Pimiento del piquillo, el ‘oro rojo’ de la huerta

Cerca de donde nos encontramos, en Tierra Estella, nos espera el pimiento del piquillo de Lodosa, que solo se cultiva en ocho municipios navarros: Lodosa, Andosilla, Azagra, Cárcar, Lerín, Mendavia, San Adrián y Sartaguda. 

Su personalidad y dulzor ligeramente picante nos habla de un producto singular, con una denominación de origen propia. Y todo ello, en el mejor marco posible: la Jornada de Exaltación del Pimiento del Piquillo, que se celebra a principios de octubre. Una de las citas más emblemáticas de la gastronomía navarra y el mejor momento para saborearlo lentamente, de manos de los agricultores locales que los pelaron a mano. 

Con catas maridaje a partir de productos Reyno Gourmet y vinos de Navarra con D.O. propia, acompañadas de actividades culturales en torno al llamado ‘oro rojo’, esta es, sin duda, una de las citas ineludibles de este otoño.

sartén con pimientos, bote en conserva de pimientos y cabeza de ajos

Paraíso de winelovers

Seguimos descubriendo Tierra Estella y Olite, descendiendo hasta la Ribera, a través de la ruta del vino de Navarra. Paseamos entre los viñedos de las clásicas bodegas navarras a pie, en scooter o en coche de caballos. ¡Incluso pisamos las uvas! Y nos dejamos conquistar por el sugerente aroma de sus rosados, tintos y blancos, para acabar disfrutando de las mejores catas de vino en Navarra. Todo ello, mientras nos cuentan la historia de esas tierras fértiles y de toda una familia que las ha cultivado, con un saber transmitido de generación en generación. Bodegas Irache en Tierra Estella; Bodegas Ochoa, Cosecheros o Pagos de Araiz en Olite; Bodega Reyno de Artajona en la villa que le da nombre; Bodega Máximo Abete en San Martín de Unx, cuna del rosado; Pago de Cirsus, en Ablitas; o Enozentrum, el Centro de la Cultura Vitivinícola de Olite, no venden su experiencia, te abren las puertas de su casa.  

botellas de vino tinto, rosado y blanco y una copa de vino

Inverdura: el alma verde del invierno en Tudela

Y de ahí recalamos en Tudela, para disfrutar de Inverdura. Un gran festival para honrar el auténtico sabor de sus verduras, también en invierno. 

Alcachofas, cogollos, borraja, achicorias o cardo, acompañadas de los mejores vinos navarros, se convierten en los protagonistas de este encuentro, que va mucho más allá de una jornada gastronómica. Durante varias semanas, los restaurantes y calles tudelanas nos enseñan a mirar la huerta con otros ojos. Con charlas, conciertos, talleres exposiciones, degustaciones, pero, sobre todo, con una celebración del vínculo entre la tierra y la mesa, entre la tradición y la creatividad.

alcachofas de Navarra frescas

Y así terminamos nuestro viaje por la gastronomía otoñal de Navarra. Una travesía que se disfruta con los cinco sentidos, explorando el origen de los platos que le rinden tributo. 

Disculpad que nos hayamos puesto un poco poéticos, pero si no nos ponemos profundos con este otoño tan maravilloso que tenemos en Navarra, ya nos diréis cuándo.

¿Te vienes?

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